Viernes 24 de agosto de 2018.
Frente a la evidencia manifiesta sobre los contaminantes desechos cloacales que se encuentran sobre la superficie – desde hace años - en las inmediaciones de la planta depuradora de líquidos cloacales, vale hacer algunas consideraciones:
Los desechos cloacales de nuestros vecinos, son volcados con tratamiento nulo o deficiente directamente sobre la banquina que se encuentra sobre la continuación de la Av. Eva Perón y a menos de 100 metros de la Estación del antiguo tren “La Trocha”, habitada por familias con niños que a diario juegan sobre esa zona, encontrándose expuestos a todo tipo riesgos para su salud.
Como vecinos nos vemos alertados frente esta preocupante situación exigiendo a la empresa ABSA, y al municipio que arbitren los medios necesarios para recomponer el daño ambiental generado. “No se puede tapar el sol con las manos”
El daño ecológico resulta manifiesto y fácil de observar con solo recorrer y examinar visualmente de la zona. Por un lado el basural a cielo abierto y por otro los desechos cloacales que recorren las cunetas en sentido de dirección hacia la localidad de Dennehy, contaminando todo a su paso y provocando un daño ambiental de importante consideraciones.
El uso y disfrute del medio ambiente es un derecho que tenemos todos como vecinos de 9 de julio y habitantes de nuestra Nación. En el año 1994 se incorporó con la reforma de nuestra Constitución Nacional el Articulo 41, el cual consagra el derecho de todos los habitantes a gozar de un ambiente sano, equilibrado y apto para el desarrollo humano, y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponerlo.
Este derecho consagrado en nuestra Carta Magna deja en claro que las generaciones presentes debemos necesariamente tomar conciencia de la necesidad de cuidar el ambiente y exigir nuestro derecho a que terceros y el estado en cabeza del Municipio también lo hagan para no comprometer a las generaciones futuras.
En el año 1891, unas de las primeras leyes en materia ambiental, consideraba la necesidad de prohibir que los desechos cloacales sean volcados a los ríos sin tratamiento previo de purificación. Pasaron más 120 años desde aquella ley, y en nuestra ciudad actualmente nos encontramos con una realidad preocupante en materia ambiental y riesgosa para nuestras generaciones venideras.
El crecimiento urbano y productivo de 9 de julio se acerca a las fronteras tolerables de nuestra naturaleza. Tenemos la obligación de pensar en las generaciones futuras, en nuestros hijos tomando medidas concretas, hacer como si no pasara nada nos llevara hacia un desastre ecológico que no podremos recomponer a futuro.
Como vecino y ciudadano en miras de buscar soluciones, reclamo este derecho colectivo que nos abarca a todos sin distinción alguna, esperando la solución a esta problemática que afecta nuestro presente y futuro.-
Dr. Esteban Naudín