Viernes 20 de julio de 2018.
El Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos, a cargo del Defensor del Pueblo Adjunto bonaerense, Walter Martello, realizó un focus group con jóvenes de entre 18 y 30 años.
La mayoría reconoció haber manejado automóviles en situación de ebriedad y dijo conocer al menos una persona que, producto de ingesta excesiva, terminó en coma alcohólico.
En tanto, cuando se los indagó sobre los riesgos para la salud que implican las bebidas alcohólicas, sólo refirieron efectos inmediatos tales como la “resaca”, descomposturas y náuseas. No pudieron identificar los efectos que trae aparejado el consumo sostenido de alcohol como por ejemplo la deshidratación y distintas enfermedades asociadas.
“Si bien los datos son alarmantes, no debemos caer en el facilísimo de estigmatizar a los jóvenes. El consumo excesivo de alcohol es la principal adicción en nuestro país. Es una problemática que atraviesa distintas clases sociales y grupos etarios, por lo cual se requieren políticas públicas específicas que apunten a la prevención y también a la sanción de aquellos automovilistas que conducen bajo los efectos del alcohol. En ese sentido, podríamos ver las políticas que se instrumentan en otros países como España donde se aplica la inhabilitación especial a quien, con una tasa de alcohol en sangre superior a 1 gramo por litro, se pone frente al volante de cualquier tipo de vehículo automotor”, explicó Martello.
En la Argentina no existe un criterio unificado a la hora de elaborar estadísticas sobre accidentes de tránsito. De ahí la divergencia entre los números oficiales y los registros que elaboran ONG´s como Luchemos por la Vida. En ese contexto, especialistas de distintos ámbitos institucionales coinciden respecto a que el consumo de alcohol es una de las principales causas. Según Luchamos por la Vida, la incidencia llega al 50%.