22 noviembre 2024

A 24 AÑOS DEL PEOR ATENTADO TERRORISTA

Cómo fue el día en el que tuvo lugar el mayor atentado terrorista de la Argentina.

Miércoles, 18 de julio de 2018

La mañana del 18 de julio de 1994 las noticias todavía estaban copadas por la final del Mundial de Fútbol en Estados Unidos, en la que, el día anterior, Brasil le había ganado por penales a Italia. Comenzaba el receso invernal y las bajas temperaturas castigaban la ciudad, que poco antes de media mañana fue sacudida por una tremenda explosión en pleno barrio de Once. Con el correr de los minutos, aún en medio de la confusión inicial, se supo que había sido en un edificio de la calle Pasteur al 600, en el que funcionaban la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) y la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA). El recuerdo de la voladura de la Embajada de Israel, ocurrida apenas más de dos años antes, y que tuvo un saldo de 29 muertos y decenas de heridos, fue inmediato.  Pero ya durante el transcurso de las primeras horas, marcadas por el horror y la conmoción, se supo que el ataque a la AMIA había superado en magnitud a ese primer ataque en suelo argentino.

Se estaba ante el mayor atentado terrorista de la historia local.  Los canales comenzaron a transmitir desde el lugar y los primeros datos daban cuenta de las víctimas fatales y un número más elevado de desaparecidos. Cifras que con el correr de las horas se fue invirtiendo. El caos y la desorganización era total. Recién pasado el mediodía se valló la zona, por la que hasta entonces entraban y salían personas tratando de ayudar, pero que se ponían en peligro tanto a ellos como a terceros. Casi en paralelo se comenzó a hablar de la intervención de un coche bomba para volar el edificio de siete pisos, que había quedado como una mole de escombro detrás de una cortina de polvo y un olor indescriptible y penetrante.   La calle Pasteur se transformó también en el epicentro en el que confluyeron: ambulancias, servicios de emergencias, médicos, enfermeros y rescatistas, junto con familiares y amigos de personas que trabajaban o habían ido al lugar, y de los que no habían vuelto a tener noticias.  Con el correr de las horas y días, y tras los hallazgos de los cuerpos los días se irían confirmando las identidades de las personas que murieron en el atentado, entre las que hubo: 76 argentinas, 6 bolivianas, 2 polacas y 1 chilena.

 

 

 

Fuente: Perfil