Lunes 2 de abril de 2018.
Científicos de distintos países descubrieron que Epecuén es un gran concentrador de arqueas extremófilas; un tesoro microscópico que se oculta en el agua del Lago.
Investigadores del Massachusetts Institute of Technology de Harvard y las universidades de Barcelona, Buenos Aires y Austral las estudiarán durante dos años. Son organismos que podrían servir para producir medicamentos.
Las propiedades terapéuticas del lago Epecuén son conocidas por todos: aguas supersalinas que ayudan a combatir desde afecciones reumáticas o de piel hasta el agotamiento psicofísico, entre muchas otras. Lo que pocos -o casi nadie- conocía hasta ahora es que el espejo de agua esconde un tesoro que podría ser clave para la producción de un nuevo tipo de medicamentos antibióticos: las arqueas.
Conocidas también como archaeas, son organismos unicelulares similares a las bacterias, pero con características tan únicas que la ciencia los considera una forma de vida más.
Lo atractivo de las arqueas es que varias de ellas son extremófilas; es decir, pueden desarrollarse y proliferar en ambientes de altas temperaturas o en los extremos de acidez y alcalinidad. Por eso se cree que tienen un gran futuro en campos como el de la biología molecular, la industria alimenticia, el tratamiento de aguas residuales, la producción de biogás, la minería y la producción de antibióticos distintos a los de origen bacterial.
Científicos de distintos países descubrieron que Epecuén es un gran concentrador de arqueas extremófilas. Por eso un grupo de investigadores del MIT (Massachusetts Institute of Technology, de Harvard) y de las universidades de Barcelona, Buenos Aires y Austral llegaron a un acuerdo para estudiar a la especie en el lago por dos años.
El objetivo es investigar el comportamiento de estos organismos y la relación que establecen con otros de su entorno, que es particularmente salino. En principio, el estudio -solventado por fondos privados- estará destinado a analizar la posibilidad de producir una nueva clase de antibióticos.
“Se trata de un microorganismo vivo que en Epecuén se da en buen tamaño y cantidad -contó a La Nueva. el intendente de Adolfo Alsina, David Hirtz-. Parece que su utilización pueden dar una suerte de vuelta de tuerca al desarrollo de medicamentos y la industria de laboratorios médicos”.
Dos años tomando muestras
El proyecto de investigación tendrá al menos dos años de duración: se tomarán muestras cada tres o cuatro meses -de hecho, hace unos 15 días se hicieron las primeras-, se harán análisis y se tratará de determinar posibles usos.
El estudio fue aprobado por el gobierno bonaerense. En definitiva, aunque se trata de un emprendimiento privado, las patentes que deriven de la investigación pertenecerán al dueño del espejo de agua, que en este caso es la Provincia de Buenos Aires y, por extensión, el distrito de Adolfo Alsina.
“En el mundo hay unas 6 mil patentes medicinales basadas en elementos naturales. Paradójicamente, en su gran mayoría por elementos que se encuentran en el hemisferio sur y desarrolladas y patentadas en el norte.
Estos investigadores quieren romper con esto; no quieren venir y robar el recurso”, aseguró Hirtz.
El estudio recién empieza, pero la comunidad de Carhué ya sueña con sus resultados.
“Hay quienes ya piden que el nombre (del medicamento que se desarrolle) sea propio de Epecuén”, finalizó Hirtz.
La investigación no es peligrosa para la laguna
Sin problemas. El intendente David Hirtz también descartó que estos estudios, o bien una posible extracción a gran escala de arqueas a futuro, pueda representar un desgaste o un peligro para las propiedades curativas del lago Epecuén.
Prevención. “La noticia de este estudio hay que tomarla con prevención y cuidado: ni con enormes expectativas por lo que pueda significar ni por temor de lo que pueda pasar con el agua. Nos aclararon que sería algo inocuo desde el punto de vista de toma de material”, dijo.