A raíz de un hecho de Grooming ocurrido en la vecina ciudad de Bolívar, la UFI N° 15 inició una causa por el mencionado delito el cual está encuadrado en el Código Penal en su artículo 131. A través de distintas investigaciones que se realizaron establecieron tanto la identidad del acosador como su domicilio.
Martes 11 de julio de 2017.
En el día de ayer un grupo de uniformados de la SUB DDI Bolívar y de la Dirección de Análisis Criminal (DAC) dirigidos por el auxiliar letrado Facundo Sánchez de la UFI N° 15 local viajaron a la ciudad de Tucumán para concretar una orden de allanamiento pedida por la Dra. Julia María Sebastián, titular de la Fiscalía local y otorgada por la Dra. Fabiana San Román del Juzgado de Garantías N° 1 de Azul.
Por tratarse de un delito cometido inicialmente en otra provincia, desde el juzgado de Azul tuvieron que pedir un exhorto el cual fue otorgado por el Dr. Víctor Manuel Rougez del Juzgado de Instrucción de la quinta nominación del Centro Judicial Capital de Tucumán.
Durante la requisa los uniformados incautaron para su análisis pericial computadoras, pen drives y otros hadwares electrónicos, como así también diferentes prendas de vestir y otros elementos del domicilio que son visualizados en los videos que el menor recibía y que fueron aportados a la causa. Pruebas estas que corroboran la autoría del delito del ciudadano mayor edad contra el menor bolivarense.
No se descarta que una vez realizados los análisis de los elementos electrónicos surgan nuevos delitos de esa índole en diferentes provincias.
¿Qué es el grooming?
El grooming se puede definir como «el ciberacoso ejercido deliberadamente por un adulto para establecer una relación y un control emocional sobre un menor con el fin de preparar el terreno para su abuso sexual». Supone el conjunto de técnicas de engaño y persuasión que utiliza un adulto para ganarse la confianza y disminuir las inhibiciones del menor y obtener de él un beneficio de índole sexual, que es la finalidad que persigue. Las acciones realizadas pueden comprender delitos de corrupción y prostitución infantil, abusos sexuales, o embaucar al menor para que le facilite material pornográfico o le muestre imágenes pornográficas en las que se represente o aparezca dicho menor. Los pedófilos de la red casi siempre utilizan los juegos en línea, chats y las redes sociales como ambiente perfecto para contactarse con sus víctimas (por la accesibilidad a las cuentas públicas de estas).
