Lunes 29 de mayo de 2017.
La empresa Milkland era el último tambo en actividad que quedaba en Junín sobreviviente a la crisis hídrica que, esta semana, tuvo que detener la producción de leche porque quedó tapado por el agua.
Las vacas han sido reubicadas en un campo vecino de la localidad de 9 de Julio y la lechera ya se encuentra fuera de operación. Una vez que se desarma la cadena de producción, rearmarla por más que baje el agua es complicado, explicaron.
Tierras de una familia, en la que trabajaban otras cuatro, hoy están arrasadas: “Es muy difícil que vuelva a abrir”, confesó Salvador, uno de los dueños. La mayoría del vacas las pudieron ubicar en un campo de la localidad de 9 de Julio al menos por un año: “hoy lo único que pensamos es en salvarlas”, pero Salvador también explica que una vez que se desarma toda la cadena de producción, rearmarla por más que baje el agua es complicado “Estamos solos, nunca nadie no ayudó en nada.
Quedan cuatro familias en la calle sin trabajo. Las vacas se están muriendo en el agua ”Salvador explicó a TN.com.ar que los desbordes están alimentados por un mal manejo del agua desde las autoridades locales: “retienen el agua durante el verano para fomentar el turismo y ahora está por entrar al casco de Junín”. El cauce que ahora no pueden controlar es la de los embalses de Laguna de Gómez y El Carpincho.
Silvana trabaja en Milkland, pero en las oficinas que están en la ciudad. Es un día duro y triste también para ella. “Nos llenamos de agua. Hay agua entrando y no se sabe de dónde”. Se sabe que el agua viene del norte de la provincia o del sur Santa Fe, está en busca de un desagote y a su paso colapsa todo. Las lagunas La Picasa y Melincué también alimentaron estas realidades.