Lunes 8 de mayo de 2017.
. El Fidget Spinners es la sensación del momento entre los chicos de Estados Unidos. Este juguete que gira y gira tiene a los maestros dando vueltas para ver cómo pueden sacarlo de las aulas, pero no es fácil, porque se vende como utensilio de ayuda para los millones de pacientes con déficit de atención. En un concepto básico, este artilugio cabe en la palma de la mano y consta de tres aros unidos entre sí. En el centro, otro círculo hace las veces de eje giratorio. En principio esa es precisamente la gracia, hacerlo girar, girar y girar.
Este aparatito para combatir la ansiedad que invadió las aulas estadounidenses ya se vende en Argentina a $170.
Esta comunicación es sólo una de las muchas que a diario se envían a lo largo y ancho del territorio estadounidense en diferentes escuelas. Y el verdadero origen de la controversia radica en el porqué de la súbita explosión del Spinners en las aulas escolares. La razón es que muchos de estos aparatos se comercializan como herramientas de ayuda para pacientes con autismo, déficit de atención, estrés, ansiedad y hasta depresión, pues se venden para, presuntamente, aumentar la capacidad de enfoque. Por esa razón, no es raro que cuando un maestro enfrenta a su alumno y le pide que guarde su juguete este le responda: “Lo siento, me lo recetó el doctor”.
El número de casos de déficit de atención en Estados Unidos se disparó un 43% entre 2003 y 2011, hasta alcanzar casi seis millones de menores diagnosticados, según datos de 2015 de las autoridades sanitarias del país, que indican que el 11% de los niños de entre 4 y 17 años padecen esta condición. Tanto educadores como administradores están al tanto de la tendencia. Reconocen que efectivamente hay especialistas que recomiendan el juguete como terapia de ayuda para algunos de sus pacientes, pero aseguran que no pueden sacrificar el orden y la disciplina de un curso entero por eso.