Según los cálculos oficiales, unas 8 millones de hectáreas presentan algún grado de afectación por el agua en 37 municipios, casi un tercio delas 128 localidades que realizan actividad agropecuaria.
Lunes 17 de abril de 2017.
Mientras el drama del agua concentra la atención de todos en los centros urbanos afectados, el campo bonaerense también sufre fuertemente las consecuencias del paso del agua, y oficialmente ya se estima pérdidas por 3 mil millones de pesos, debido principalmente a la baja en los rindes de la soja, el cultivo más afectado.
Según los cálculos oficiales, unas 8 millones de hectáreas presentan algún grado de afectación por el agua en 37 municipios, casi un tercio delas 128 localidades que realizan actividad agropecuaria. Los problemas van desde el bloqueo de caminos que impide la salida de la producción, pasando por la falta de suelo para que las cosechadoras puedan trabajar, hasta la inundación de cientos de lotes, lo que hace peligrar la salud delos cultivos.
En la última semana, la zona más afectada, ubicada en el norte y noroeste de la provincia, recibió un promedio de precipitaciones de 180 milímetros, lo que en algunos sitios equivale a la lluvia de tres meses en esta época del año. Esto, sumado a la presión de las napas subterráneas (que están “a tope” a causa de lluvias anteriores) forma un cóctel explosivo que amenaza con complicar por emanas la tarea de cosecha.
El ministro de Agroindustria bonaerense, Leonardo Sarquís, pidió ser “muy cautos” a la hora de precisar las pérdidas. Si bien aseguró que hay millones de hectáreas afectadas por el agua, explicó que “tienen diferente grado de impacto: hay lugares donde les permite seguir cosechando y otros lugares de soja se pueden perder”. Además, destacó que “hay lugares donde los rindes fueron tan buenos, que compensan esas pérdidas”.
En el mismo sentido, el Tesorero de Carbap, Horacio Salaverri, señaló a DIB que si bien el avance del agua impactará en el rendimiento de la soja “las expectativas eran tan buenas que la producción será de todos modos superior al año pasado”. No obstante, reconoció que, en comparación con las previsiones, “va a haber grandes pérdidas económicas”.
En ese sentido, graficó: “en algunas zonas se esperaba un rinde en la soja de 5,5 toneladas por hectárea y finalmente se producirá 3,5, que es un nivel normal y aceptable”.
En tanto, Sarquís indicó que “en la provincia va a haber afectación de rindes, pero en los números finales no se verán reflejadas porque hay zonas donde la cosecha será récord”. En contraposición a esta postura, el coordinador bonaerense de la Federación Agraria Argentina, Jorge Solmi, aseguró que “la situación es crítica y angustiante” porque para muchos productores “la cosecha está prácticamente perdida”.
Solmi destacó que los productores “temen que muchos puedan fundirse en los próximos meses”, y manifestó que “para los productores más chicos la posibilidad de tener que salir del sistema está cercana y concreta”.