Martes 14 de febrero de 2017.
Los tratamientos para postergar la maternidad mediante el congelamiento de óvulos se incrementaron en un 30 por ciento durante 2016 en la Argentina, una tendencia que los especialistas atribuyen al crecimiento social de la mujer en el campo laboral y profesional, según un estudio que se conoció ayer.
Carlos Carrere, director del centro Maternity Bank, que tuvo a su cargo la realización del relevamiento, aseguró que “la postergación de la maternidad es una opción que sigue en franco crecimiento”, y detalló que en 2016 el número de casos de congelamiento de óvulos para maternidad diferida aumentó en promedio un 30 por ciento respecto del año anterior.
Carrere, especialista en medicina reproductiva, destacó entre las principales razones el “rol protagónico de la mujer en el campo laboral y profesional”.
“Durante 2016 creció en un 30 por ciento el número de casos de vitrificación de ovocitos por cuestiones sociales de maternidad diferida en relación al 2015”, precisó, y agregó: “Cerramos el primer mes del año con récord de consultas”. El médico sostuvo que “el crecimiento social de la mujer en el campo laboral y profesional se ve reflejado en el retraso de la primera maternidad. Cada vez son más las mujeres que cumplidos los 30 años de edad recién empiezan a pensar en la posibilidad de tener un hijo”.
Asimismo, explicó que “después de los 30 años la mujer sólo cuenta con el 12 por ciento de la reserva ovocitaria con la que nació” y aclaró que se registran mejores resultados cuando la vitrificación de óvulos se da entre los 30 y los 35 años.
Respecto del tratamiento, Carrere detalló que el “proceso completo consiste en una estimulación hormonal y extracción de varios óvulos mediante una intervención llamada punción ovárica”. “Una vez que se han recuperado esos óvulos, se vitrifican en el laboratorio y se mantienen almacenados en nitrógeno líquido durante un tiempo indefinido. Si más adelante la mujer decidiera utilizarlos, se descongelan”, apuntó.
“Claramente, la postergación de la maternidad es una opción que sigue en franco crecimiento”, consideró el profesional.
Otro especialista en medicina reproductiva y asesor científico de Procrearte, Ramiro Quintana, insistió: “El tratamiento es simple y muy poco agresivo. Se inyectan hormonas y en paralelo, mediante ecografías, se controla que el ovario responda bien a la estimulación”.