Una escuela pública en Montevideo, Uruguay, previene la violencia y el bullying con la meditación y los ejercicios de la disciplina espiritual Falun Dafa. Es un proyecto escolar áulico que busca construir una cultura en convivencia pacífica, permitiendo que los niños experimenten paz interna y solucionen sus conflictos en armonía.
Martes, 26 de diciembre de 2016
El caso de la docente de 6° grado Yennyfer Quartino ha sido complejo ya que estaba al frente de un grupo con marcados casos de violencia social reflejados en el aula, agotamiento y desenfoque, que imposibilitaron durante varios años el desempeño escolar de estos niños.
"Este proyecto incluye la mediación para la comprensión y la transformación de la realidad, la regulación de sus impulsos, la concientización de sus capacidades y de la puesta en juego de esos instrumentos para la prevención de la violencia”, escribe Quartino en su proyecto.
“La Paz en la sociedad no puede existir donde hay violencia, y el lugar por donde se debe comenzar la transformación es desde adentro de uno mismo”. Así, el proyecto busca desarrollar una convivencia pacífica “donde el respeto, la comunicación, la escucha y el buen trato sean algunos de los objetivos a alcanzar como potenciadores de múltiples capacidades”.
“Este año decidimos practicar Falun Dafa, y los resultados son maravillosos con los niños”, explica Quartino. “Se benefician no solo espiritualmente sino biológicamente. Se oxigenan y relajan e ingresan al aula enfocados y con otra actitud”.
FALUN DAFA
Es una tradicional y popular disciplina china milenaria de qigong, que consta de un juego de ejercicios suaves y una meditación que brindan claridad mental y paz interna. La puesta en práctica de valores y actitudes en base a la verdad, la benevolencia y la tolerancia son pilares de esta disciplina, para lograr que tanto la mente como el cuerpo estén sanos. Se practica de forma libre y gratuita en los parques públicos de más de 100 países.
Los alumnos cuentan sus experiencias
Los niños practican diariamente los ejercicios en el patio después del almuerzo y previo a las materias de la tarde. Toda la escuela es bienvenida a practicar, y suelen sumarse cotidianamente la mayoría de los grados, incluyendo 3°, 4° y 5°.
“Me siento relajada, siento que me gusta, y después, cuando entramos al salón, todo el estrés que tenía antes de hacer Falun Dafa se me fue”, expresa Josefina, alumna de 6° “A”, que está muy entusiasmada con esta nueva práctica.
“El se porta mal pero yo me lo tengo que aguantar, lo tengo que tolerar”, reflexiona Leandro, otro alumno de 6° A. “Practicamos cuando estamos muy alborotados y la maestra ve que no nos puede controlar”, agrega Agustina con entusiasmo.
Crédito: La Gran Epoca (Uruguay)