Saber lo que piensa o siente otra persona, se explica, es un factor clave para construir relaciones sociales exitosas. Por lo tanto, de acuerdo a este equipo de investigadores, si bien leer sea una actividad solitaria puede mejorar -y mucho- la vida social de la gente.
“Toda actividad que implique un esfuerzo cognitivo ayuda y trae beneficios para nuestra salud mental”, aporta la neuróloga platense Diana Cristalli, para quien tanto el entrenamiento cerebral como la estimulación a partir de actividades intelectuales “son grandes avances para el hombre actual, dado a que en esa estimulación se ejercitan las funciones mentales superiores que incluyen la memoria, la atención y la percepción”.
“Leer es una gran manera de expandir nuestro horizonte de experiencias”, sostiene el psicólogo Raymond Mar, para quien “hay similitudes en la forma en que el cerebro reacciona al leer sobre algo y experimentarlo”
“Mientras leemos -explica-, obligamos a nuestro cerebro a pensar, a ordenar ideas, a interrelacionar conceptos, a ejercitar la memoria y a imaginar, lo que permite mejorar nuestra capacidad intelectual estimulando nuestras neuronas”.
Lo que dice el experto y comparte la mayoría de sus colegas es bien conocido: con la lectura y la escritura creamos imágenes sobre aquello que estamos leyendo o escribiendo, por lo que fomentamos así la imaginación.
Al margen de esta experiencia, en lo que todos coinciden es en la poderosa herramienta que resulta la lectura -como así también otras actividades intelectuales- para retrasar el deterioro cognitivo y fortalecer así la salud de nuestro cerebro.