Los chicos vuelven de las vacaciones sin tener certezas sobre el dictado de clases. Mañana, los educadores afiliados a Suteba y Udocba realizarán paro y hay varios agremiados a Udeb que participarán de una movilización a Capital Federal.
Domingo, 31 de julio de 2016.
Los chicos vuelven de las vacaciones sin tener certezas sobre el dictado de clases. Es probable que en varias aulas no haya actividad en el reinicio escolar.
Las perspectivas de cara al reinicio de clases no están claras. Es que Suteba decidió adherir al paro de 24 horas dispuesto por la CTA (Central de Trabajadores Argentinos), sumándose de ese modo a Udocba, cuya medida se extenderá hasta el martes inclusive, y a aquellos maestros y profesores enrolados en la UDEB que estén dispuestos a marchar a la Casa de la Provincia de Buenos Aires, con asiento en Capital Federal, donde se concentrará la protesta del sector.
Con ese panorama, no son pocos los padres que en este momento se deben estar preguntando si mandar a sus hijos a estudiar pasado mañana, duda que a varios de ellos se les terminará de dilucidar dentro de 48 horas, en el propio establecimiento.
“Nosotros somos integrantes de la Central de Trabajadores Argentinos, que en la provincia de Buenos Aires también conduce Roberto Baradel -titular de Suteba en el plano provincial-, así que con el resto de los empleados estatales no vamos a trabajar el 1 de agosto”, le dijo a Democracia Francina Sierra, titular del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de la provincia de Buenos Aires.
Por su parte, UDEB dijo que “son unos cuantos” los trabajadores de la educación que se anotaron para formar parte de la movilización a Buenos Aires, pero dijo no poder dar una cifra concreta como para determinar en qué medida se verá afectado la interacción entre maestros y alumnos en las aulas.
Otro dato a tener en cuenta es que -de acuerdo con datos extraoficiales- alrededor de un cincuenta por ciento de los docentes no pertenecen a ningún ente sindical, lo que lo obliga a asistir a clase. El problema es que en el medio vuelven a quedar los estudiantes y sus familias, puesto que muy pocos están al tanto de la situación gremial de cada educador.