Viernes 12 de Febrero de 2016.
Como si fueran un objeto más, los animales se venden por Internet y a través de aplicaciones para smartphones. Y el proceso de compra es igual que con cualquier otra mercancía: en una galería online, el interesado elige el "modelo" (raza, tamaño, color), lo paga en cuotas con la tarjeta de crédito y a los pocos días se lo entregan en su domicilio.
El debate lleva años, pero se reavivó con el lanzamiento de Wallapop, una nueva aplicación para "comprar y vender cerca tuyo" (es decir, entre vecinos) que está activa en la Argentina. Muchos usuarios -principalmente de España- se quejaron por los avisos en los que allí se ofrecen animales en venta y hubo una petición en Change.org (una plataforma donde cualquier persona puede iniciar una campaña) para que se erradiquen estos anuncios. Reunieron 1.146 firmas y la empresa prometió "bloquear cualquier anuncio cuyo contenido implique una transacción con seres vivos".
En nuestro país, la venta de mascotas online es frecuente y no está reglamentada. Para poder ofrecerlos, los sitios y redes sociales se escudan en dos razones: no hay una ley que lo prohíba y ellos actúan como una "vidriera": relacionan a un comprador con un vendedor, pero no participan en la transacción. Por lo general, los "términos y condiciones" son los mismos para los animales que para cualquier objeto que se compre.
"Yo recibo por día entre 130 y 160 denuncias por crueldad", cuenta a Clarín Martha Gutiérrez, presidenta de la Asociación para la Defensa de los Derechos del Animal (ADDA). Explica que muchas de esas quejas están relacionadas con la venta online. "Ahí los animales son un producto. Fui a hablar con estas empresas pero me responden que no hay normativas que lo prohíban. Se aprovechan de que no hay normas en nuestro país para los animales. Está permitido en todos lados, no hay controles. Estamos furiosos porque venden animales como si fueran muebles", describe.
"Hubo gente que tuvo problemas con animales de los que les dijeron que eran de raza pero no lo eran", señaló a Clarín Sandra González, presidenta de la Asociación de Defensa de los Consumidores y Usuarios de la Argentina (ADECUA). "Todo depende de dónde lo compres: si es un criadero, si es un pseudocriadero, si es un comercio a la calle... Hay que analizar el tema y cada caso en particular", agregó. Sus recomendaciones para el comprador son pedir factura, tickets de vacunas, y verificar que todos los papeles estén en regla. "A veces hay mucha cosa trucha. Te pueden decir que le dieron las vacunas, que lo desparasitaron, y no lo hicieron. Incluso hay veces que no los podes contactar: el que te vendió la mascota puede borrar el anuncio y desaparecer", detalla.
En MercadoLibre, la categoría "perros de raza" arroja más de 9.800 resultados y se puede seleccionar entre 493 ofertas de gatos. En sus términos y condiciones hay un apartado sobre lo que se puede publicar, que incluye a perros, gatos sólo si son domésticos, peces y hámsters. Desde la empresa explicaron a Clarín que la política del sitio se basa en las clasificaciones de los usuarios, que permiten reconocer a los vendedores más "responsables". Si un vendedor hace algo indebido o no cumple con lo que promete, los usuarios pueden denunciarlo.
En el caso de MercadoLibre, la transacción se da entre dos privados (comprador-vendedor) y también ellos pactan el modo de entrega, por ejemplo, en qué condiciones se traslada la mascota. "No recomendamos esta práctica", dijo a Clarín Lito Moguilmer, secretario y uno de los fundadores de la Asociación Canina Argentina (ACA), que tiene unos 30.000 perros registrados y 600 criaderos asociados. "No es aconsejable porque cuando te lo traen a tu casa, no sabés lo que te están trayendo y no conocés a la persona que te lo trae", señala. Él sugiere visitar el criadero, para conocer a la mascota y su ambiente.
El tema está caliente en Change.org. En julio del año pasado, Flavia Lucila, de Buenos Aires, lanzó una petición para "prohibir publicaciones de venta e inseminación de animales". Consiguió que la apoyaran 72.960 personas. Lo mismo hizo otra porteña, Lucrecia Fernandez: hace dos años inició una solicitud para que "en los sitios web se prohíba la venta, permuta o canje de cualquier tipo de animal" y reunió 23.257 simpatizantes. Las críticas se nuclean también en Facebook: el grupo llamado "No más venta y compra de animales, sí a la adopción con responsabilidad" tiene 2.068 miembros.
Fuente: Clarín.com