Bien hecha por fuera pero rosada por dentro, jugosa. Es seguramente la forma más popular de consumir carne. Incluso hay quien la pide muy poco hecha, que sangre. "Casi viva". Pero, ¿cuán seguro es comer carne de esa manera?
Viernes 11 de diciembre de 2015.
Un estudio comisionado por el gobierno de Reino Unido señala que podría entrañar ciertos riesgos.
Concretamente, la investigación Antimicrobials in Agriculture and The Environment: Reducing Unecessary Use and Waste (Antimicrobianos en la agricultura y el medioambiente: reducir el uso innececesario y el despilfarro) dice que las bacterias resistentes a los antibióticos podrían llegar a los humanos de esta forma, por consumir carne que no ha sido cocinada suficientemente.
Que comer carne cruda o poco cocinada podría implicar riesgos para la salud "es completamente cierto", concuerda Jorge Torelli, consejero del Instituto de Promoción de Carne Vacuna de Argentina (IPCVA).
Los expertos recomiendan cocinar la carne bien. ¿Pero cuánto hay que hacerla?
"Puede implicar riesgos bacteriológicos para toda la población, tanto para los que tienen el sistema inmunitario débil como los niños o ancianos, como los que lo tienen más desarrollado", le explica a BBC Mundo.
Por eso, además insistir en la higiene a la hora de manipular la carne, recomienda cocerla bien, sobre todo cuando son molidas o procesadas.
Aunque es más permisivo con los tan populares filetes, bistecs y bifes.
¿Cómo se transmiten de animales a humanos?
Durante décadas los científicos han advertido que con el uso generalizado de los fármacos en la producción ganadera las bacterias podrían comenzar a desarrollar mecanismos y a mutar para defenderse de estos compuestos químicos hasta hacerse resistentes a ellos.
Los antibióticos suelen utilizarse en la ganadería para tratar animales enfermos.
Pero también de otra forma más polémica: para prevenir que el ganado se enferme o para que aumente de peso con más rapidez.
Este último uso está prohido en la Unión Europea.