Martes 10 de noviembre de 2015.
Si bien el incidente registrado esta mañana frente al Juzgado de Paz Letrado de 9 de Julio pasó -al menos por el momento- al anecdotario (ver publicación anterior de "La Trocha"), y la dependencia judicial recuperó la calma; algo quedó más que claro: los lentos tiempos de la Justicia pueden más que cualquier paciencia y no respetan ni siquiera a los niños.
Fue muy claro y contundente el testimonio de la abogada defensora del convecino Juan Manuel Rago, quien efectuó el reclamo ante el Juzgado para poder acceder a realizar visitas a su hija de dos años al dialogar con los medios de prensa y antes de que el desesperado papá pudiera finalmente reunirse con el Juez de Paz Subrogante (suplente hasta tanto se designe a un titular en términos comunes y fuera del léxico judicial), Dr. Favio Arriagada, y recuperar su tranquilidad ante la promesa del magistrado de que se arbitrarán los medios para que pueda ver a su hijita.
Dijo la abogada defensora de Rago, Dra. Liz Martínez: "Tomé el caso en el mes de octubre pasado y por ende no estoy acompañando a Rago desde el inicio de la causa.
En este momento estamos teniendo una cuestión netamente procesal. Se trata de un acuerdo al que llegó Rago con la mamá de la menor –de apellido Molejón-, y que no se pudo homologar en el Juzgado por un error material en la redacción.La Justicia es lenta porque tiene formas procesales que hay que llevar adelante, entre ellas está el hecho de que un abogado presenta un escrito al Juzgado, el Juez debe expedirse, debe salir a la letra otra vez el expediente para poder continuar las presentaciones, lo que hace a la lentitud de la causa.
A quien está sufriendo una determinada situación, como el convecino Rago en este momento, le es muy difícil sobrellevar estos tiempos que tiene la Justicia, ya que deberían existir otros mecanismos en este sentido, sobre todo cuando hay menores en el medio.
Por un lado está el derecho de los padres de estar con su hijo, y por el otro el del hijo, de estar con su papá o su mamá cuando estos no conviven; y en esta llanura nos olvidamos un poco de que primero deberían estar los chicos, respetando el artículo tercero de la Convención Internacional de Derechos del Niño, que establece que en toda cuestión en la que haya menores, debe primar el derecho superior del niño, de lo que a veces lamentablemente nos olvidamos".
Es evidente que las explicaciones de la abogada defensora no dejan lugar a dudas y poco más queda por decir.