Martes 3 de noviembre de 2015.
Cada vez estamos más "conectados" con nuestros teléfonos inteligentes e internet a todas horas, sin embargo, la comunicación en nuestros lugares de trabajo está cada día más fragmentada.
Las empresas conocen el problema e intentan propiciar el trabajo en equipo.
Sin embargo, según la columnista de Financial Times Gillian Tett, a menudo surgen obstáculos.
"Las empresas comienzan siendo pequeñas; los empleados se sienten libres y creativos, y todo el mundo está unido para llevar a cabo una misión conjunta", explica.
"Pero, a medida que aumentan de tamaño, se vuelven más burocráticas y las personas se subdividen en departamentos o 'tribus'", le contó Tett al Servicio Mundial de la BBC, en el programa In the Balance (en la balanza).
La gente termina en sus propios pequeños silos: lugares donde el conocimiento especializado se queda encerrado o es acumulado por individuos o equipos.
La razón por la que esto sucede es comprensible.
Si el conocimiento es poder, entonces, si sabes algo que tus colegas desconocen, tu valor dentro de la organización aumenta.
El problema no es simplemente que el Departamento "A" no se hable con el Departamento "B", por lo que los empleados no se conocen entre ellos, sino que estas subdivisiones afectan a cómo las personas ejecutan su trabajo.
Los peligros no son sólo teóricos; los trabajadores adoptan una "visión limitada" que "hace que personas inteligentes terminen haciendo cosas muy absurdas", asegura Tett.
Muchos argumentan que la crisis bancaria internacional del 2008 y la desaceleración económica posterior tuvo como consecuencia el "efecto silo": la gente no conoce a sus colegas de otros departamentos.
Es un punto de vista con el que también está de acuerdo el ex vicepresidente del Banco de Inglaterra, Paul Tucker.
"Hubo una fragmentación en bancos, universidades y periódicos. La gente de finanzas se quedó en una esquina, y la gente de economía en otra, quizás incluso en otra planta".
Difícil de combatir
Es una lección que no hemos olvidado en la industria tecnológica de hoy, en la que las empresas están tratando de institucionalizar la ruptura de las barreras que potencian la creatividad y la innovación.
En Facebook, por ejemplo, el personal rota constantemente entre diferentes equipos y desarrollan "hackathons" por la noche, lo cual exige a los ingenieros informáticos trabajar con diferentes grupos.
También ha tratado de utilizar una arquitectura en sus edificios que aumente las posibilidades de que las personas se crucen unos con otros, de forma que los pasillos y ascensores se convierten en lugares sociales.
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En Facebook, el personal rota constantemente.
Puede que lo que necesiten los negocios para su supervivencia será tener un sólo equipo; el truco es lograr el equilibrio adecuado.