Viernes 25 de Septiembre de 2015.
Septiembre le dio el puntapié a una nueva campaña de granos gruesos con el maíz a la cabeza, una época estacional óptima para el territorio bonaerense, pero con una escasa intención de siembra, y con una caída del 23% de la superficie nacional respecto al ciclo previo (se proyecta en 3,7 millones de hectáreas).
El corredor y analista Javier Buján, presidente de la Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales, se mostró preocupado sobre cuánto realmente permitiría desarrollar al agro el ganador de las elecciones. “Sea quien sea, seguro será mejor que el Gobierno actual”, dijo, pero reconoció tenerle “más miedo a que los Roes se queden a que se bajen las retenciones, porque el daño mas grande han sido los Roes”.
El tesorero de Productores Rurales de Alberti (afiliada a CARBAP) y técnico agropecuario de una empresa de servicios de aplicación de agroquímicos, Juan Manuel Zunino (46), explicó que “por el alto costo de implantación del maíz y por los riesgos de la lluvia, la gente se pasa a soja de primera o segunda (tardía) porque tiene más ventanas para la implantación del cultivo y tiene un costo inferior”. En sus pagos sobre las 110 mil hectáreas del partido, existen netas 60 mil agrícolas: normalmente se hacía 30% de trigo-soja, 30% de maíz, y 30% de soja de primera, pero en esta temporada se va a dar un 70% de soja de primera y el maíz relegado al 10%. “Es histórico, se está sembrando lo mismo que hace 100 años”, agregó Zunino, que no paró de hacer números lamentables para los maiceros. “Para comprar 2 mil litros de gasoil que una cosechadora normal se lo consume en 4 días, se necesitan 30 mil kilos de maíz (un camión), solamente para el gasoil”, y precisó que “hoy, para salir hechos (cambiar la plata) se necesitan 8 mil kilos de maíz en campo propio”.
Darío Nessi (43), hijo de productor agropecuario, ahora jefe zonal técnico de Agroservicios Pampeanos para la zona de Chivilcoy (comercializa insumos y semillas de maíz, entre otras) describió la cruda realidad en la que el maíz no tiene rentabilidad. “La bolsa de semilla vale entre 150 y 200 dólares, depende la tecnología que se emplee; un tratamiento para mantener limpio el cultivo vale entre 25 y 30 dólares, y una fertilización normal está entre 150 y 200 dólares, ahí nomás ya estás sumando 550 dólares, sin contar el alquiler. Esos 550 dólares son casi 7 mil kilos de maíz, y la tonelada vale menos de 100 dólares. Para salir hecho tenés que sacar un rendimiento superior a 9.500 kilos en un campo propio, eso hace que prácticamente no haya rentabilidad”, y añadió: “la tonelada de maíz valía 140 dólares, ahora ha bajado casi un 50 %, con incrementos de los costos, mas la inflación, y la relación de cambio (canje) de lo que vos cosechás por lo que a vos te cuesta”.
Sin embargo, existe una voz de alerta mucho más grave, relacionada a la escasez de reservas en los suelos. Ésta, precisamente, es una de las especialidades de la multinacional que emplea a Nessi: “El suelo cada vez se está agotando más, la reserva de nutrientes se deterioró con una extracción de nutrientes mayor que la que se repone”. Las cifras sobre esta fuente natural mal explotada son graves:
“Se calcula que le devolvemos el 40 %. Cuando esa caja de nutrientes se quede sin ahorros, la producción va a ser difícil de llevar adelante”. pero prefirió mirar el futuro con esa esperanza propia de estos pueblos donde el mercado granario es la columna vertebral. “Tiene que venir un cambio. La última gran crisis de 2001, creí que íbamos a aprender, y me di cuenta que mucha gente no aprendió. Pero va a pasar, siempre pasa...”, se consoló.