22 noviembre 2024

Prohuerta: INTA CONTRA VIOLENCIA ECONÓMICA

Miércoles 3 de Junio de 2015

En el marco de la campaña nacional contra el femicidio #NiUnaMenos, el INTA firmó un convenio con el Consejo Nacional de las Mujeres a fin de acompañar y empoderar a las víctimas a cargo de huertas familiares.PanchoPancho Anglesio: “Tenemos que tomar conciencia como sociedad para no llorar más mujeres”.
Una mujer muere cada 31 horas a manos de su pareja o expareja en la Argentina, según la ONG Casa del Encuentro. La campaña nacional #NiUnaMenos repudia el femicidio y en esta línea, se organizó para hoy, 3 de junio, una manifestación masiva. En este marco, el INTA –a través del programa Prohuerta– firmó un convenio con el Consejo Nacional de las Mujeres a fin de acompañar y empoderar a las víctimas de violencia de género a cargo de huertas familiares.
Pancho Anglesio –presidente del INTA– indicó que desde el organismo que dirige se han plegado todos los empleados a la campaña y apoyan la marcha: “Es muy importante que todos colaboremos para que no haya nunca más una mujer golpeada ni de pensamiento ni de palabra ni de obra. Tenemos que tomar conciencia como sociedad para no llorar más mujeres”.
Además, ponderó el avance que hubo dentro de la estructura del organismo: “Desde 2003, logramos duplicar la nómina de mujeres que hoy asciende al 40 por ciento del total del personal. Aún queda pendiente que logren acceder a cargos jerárquicos. Esta es la pelea que tenemos que dar trabajando todos juntos”.
Por su parte, Victoria  Montenegro –subsecretaria de Unidad de Coordinación Nacional para la prevención, asistencia y erradicación de la violencia contra la mujer del Consejo Nacional de las Mujeres (CNM)– se declaró “muy entusiasmada” con la firma de este convenio dado el fuerte y permanente trabajo territorial que tiene el Prohuerta en el sector rural de todas las provincias y municipios.
“Buscamos la autonomía económica de la mujer rural a fin de permitirle correrse de situaciones de violencia y poder tener un proyecto de vida. Estamos seguros que junto a los promotores del Prohuerta iremos derrumbando la cultura machista y las situaciones de violencia que atraviesan muchas mujeres en todo el país”, indicó Montenegro.
Ambos organismos firmaron un convenio en el que se comprometen a colaborar a fin de concientizar acerca de la igualdad de género, prevenir la violencia contra las mujeres y violencia económica, y ayudar a su empoderamiento mediante la autoproducción de alimentos.
En este sentido, Veronica Piñero –coordinadora nacional del programa Prohuerta del INTA– explicó que el CNM toma al programa como una herramienta contra la violencia económica a fin de prevenir el sometimiento económico de la mujer, al tiempo que se le permite recuperar su autoestima al poder participar de espacios de encuentro con otras promotoras y huerteras.
“Desde el Prohuerta –mediante las capacitaciones y talleres– abrimos espacios de encuentro y dialogo donde las mujeres violentadas pueden compartir sus preocupaciones y buscar ayuda”, detalló Piñero.
Y agregó: “Una vez más, las huertas familiares ayudan a reconstruir el tejido social y a revalorizar el rol de la mujer”.
Lo que dicta la Ley
Según la Ley 26.485, sancionada en 2009, se entiende por violencia contra las mujeres toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal.
Es común –determina la Ley– que estas modalidades de violencia se presenten solapadas, es decir, que quien sufre violencia física, probablemente sufra también económica y seguramente psicológica, y estas pueden desarrollarse en el ámbito doméstico o laboral.
Por su parte, la Ley 26.485, en su art. 5, establece que la violencia económica y patrimonial es la que se dirige a ocasionar un menoscabo en los recursos económicos o patrimoniales de la mujer (…) destinados a satisfacer sus necesidades o privación de los medios indispensables para vivir una vida digna; la limitación o control de sus ingresos, así como la percepción de un salario menor por igual tarea, dentro de un mismo lugar de trabajo
INTA