29 marzo 2024

SE HABILITA EL CINERARIO DE CATEDRAL

Miércoles 31 de octubre de 2018.

El obispo diocesano, Monseñor Ariel Torrado Mosconi y el cura párroco de la Iglesia Catedral Santo Domingo de Guzmán, el Padre Guillermo Gómez invitan a la comunidad a las misas que se realizarán los próximos 1 y 2 de noviembre a las 20:00, con motivo de las celebraciones del Día de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos.
El jueves 1º de noviembre , día de la Solemnidad de Todos los Santos, se trasladará la misa de Catedral a la casa natalicia del cardenal Pironio, ubicada en Yrigoyen y Río Negro.
Mientras que el viernes 2 de noviembre, fecha en que se conmemora a los Fieles Di-funtos, la celebración eucarística será en la Iglesia Catedral. Allí se impartirá la bendi-ción a la Capilla del Cinerario y de este modo quedará oficialmente abierto el primer cinerario de la diócesis de 9 de Julio.
Las dos misas se realizarán a las 20 horas.
La Capilla- Cinerario
Cabe recordar que la capilla cinerario está ubicada donde estuvo la puerta de la Misericordia (entre el templo y la municipalidad). La s obras comenzaron en febrero de este año por la inquietud de un grupo de fieles que cremó a sus seres queridos y que solicitó un lugar sagrado donde depositar las cenizas. El futuro cinerario será también capilla, de manera que La capilla-cinerario, que llevará el nombre de “Padre de las Misericordias” y consta de dos fosas de hormigón. La primera de ellas es una fosa común en donde se depositarán las cenizas de las cremaciones. Está completamente sellada y la apertura, por donde se introducen los restos, imita una pila bautismal. De este modo se une el significado del bautismo (sacramento por medio del cual los cristianos se convierten en partícipes de la vida divina) con el de la muerte, en que se pasa al verdadero nacimiento: la vida eterna.
La segunda fosa irá destinada al sepulcro del obispo diocesano. A la antigua costumbre de enterrar los restos de los obispos en sus catedrales se sumó la solicitud expresa de Mons. Torrado Mosconi de que se hiciera su tumba junto a los fieles que estén en el cinerario. Este hecho posee un alto sentido simbólico para los cristianos, puesto que justamente la misión del pastor es conducir los fieles al cielo.
Cabe destacar que, como su nombre lo indica, el lugar cumplirá la doble función de depósito de los restos de los difuntos y de lugar de permanente de visita y oración.
La postura de la Iglesia ante la cremación
Si bien la Iglesia Católica continúa recomendando el entierro de los difuntos, no prohíbe la cremación, una tendencia que por diversos motivos se ha ido haciendo cada vez más frecuente. Esta práctica ya muy generalizada hizo que la Iglesia se pronuncie en un documento que difundió la Santa Sede en el 2016 sobre la sepultura de los difuntos y la conservación de las cenizas en caso de cremación (Instrucción Ad resurgendum cum Christo).
En el documento se prohíbe la conservación de las cenizas del difunto en los hogares así como también su dispersión “en el aire, en tierra o en agua o en cualquier otra forma, o la conversión de cenizas incineradas en recuerdos conmemorativos”.
Si bien el documento remarca que “la Iglesia recomienda insistentemente que los cuerpos de los difuntos sean sepultados en los cementerios”, sin embargo, autoriza la cremación si los restos son custodiados en un lugar sagrado. Con ello “confirma su fe en la resurrección de la carne, y pone de relieve la alta dignidad del cuerpo humano como parte integrante de la persona con la cual el cuerpo comparte la historia”. De este modo se opone “a la tendencia a ocultar o privatizar el evento de la muerte y el significado que tiene para los cristianos”.