19 abril 2024

FESTEJOS DE REYES EN LA DIOCESIS

“Todos somos niños ante Dios y debemos ponernos en sus manos”.

Lunes 8 de enero de 2017.

 

Como cada 6 de enero y al igual que en todo el mundo, la Diócesis de Nueve de Julio, en sus distintas localidades y con diversos actos celebró la Epifanía del Señor, conocida popularmente como la fiesta de Reyes. El obispo Monseñor Ariel Torrado Mosconi acompañó las celebraciones por distintos puntos del extenso territorio diocesano.
Esta festividad va más allá de admirar y disfrutar la inocencia y la capacidad de asombro de los niños. Recuerda a los cristianos que Dios siempre se manifiesta para traer algún don, que todo ser humano tiene en los más profundo de su alma un deseo o im-pulso que lo orienta a Dios y que, por eso, la felicidad autentica está en buscarlo, encontrarlo y adorarlo, no solamente a través de nuestras palabras sino sobre todos de nuestras conductas cotidianas.
Por ese motivo cada parroquia sumó a sus tradicionales ceremonias otras actividades pastorales más coloridas como la representación de los Tres Reyes Magos que se sumaron a los pesebres vivientes. Las actividades fueron múltiples e incluyeron recorridas por los barrios, entrega de regalos y de golosinas, espectáculos musicales y sorteos.
El mensaje del obispo diocesano
En su recorrida por el territorio diocesano, el obispo acompañó las celebraciones por el Día de Reyes en varias parroquias. Allí aprovechó para enviar a toda la comunidad cristiana su mensaje. “Esta noche todos somos niños en tu presencia y por eso nos ponemos confiadamente en tus manos”, aseguró Mons. Ariel durante su visita en Trenque Lauquen ante miles de personas que se avocaron para la tradicional caravana de los reyes donde los niños llenos de ilusión entregan sus cartitas a los reyes. “Todos deseamos, queremos, necesitamos creer, esperar y amar cada vez más –agregó en la multitudinaria convocatoria que se realizó partiendo de la estación, pasando por las calles principales de la ciudad hasta llegar a las puertas de la Parroquia Nuestra Señora de los Dolores de Trenque Lauquen. Allí animó a los fieles a ofrecer a Dios “los dones de nuestra pobreza, debilidad e indigencia”.

“En tus manos ponemos la vida de los niños por nacer y la de los ancianos, la vida de nuestras familias, especialmente las necesitadas, desunidas, en problemas. Te confia-mos a los que están solos y tristes, resentidos o deprimidos, a los enfermos y margina-dos, a quienes están enfrentados, no tienen trabajo ni educación o están privados de la libertad. También te encomendamos a todos los hombres y mujeres de buena volun-tad: los que buscan la verdad, la justicia y la paz aún a riesgo de su propia vida”, agregó el prelado.

También encomendó la protección de todas las comunidades “para que progresemos en unidad, solidaridad y compasión”. Y orando por la patria expresó: “Que no nos can-semos de buscar el bien común por el camino de la justicia superando toda forma de corrupción y exclusión”.

Por último recordó y encomendó a Dios el cuidado de los niños en el mundo entero “pensando en los que pasan hambre y sufren los horrores de la guerra, de las dictaduras crueles, del terrorismo y la inseguridad. También a los que son víctimas de los abusos y de la violencia familiar, del racismo, de los que son desplazados de su tierra o están refugiados”.