28 marzo 2024

EL DEFICIT DE ATENCION YA AFECTA A LOS PADRES

Suele decirse que el tiempo es dinero, pero hoy más que nunca pareciera que la moneda que mejor cotiza -¿y uno de los bienes más escasos?- es la atención. Solemos escuchar sobre el déficit de atención de los niños, que en algunos países como los Estados Unidos se ha naturalizado al punto de sobremedicarse, pero, ¿qué ocurre cuando los adultos no pueden evitar contestar un mensaje, mirar IG o hablar por WhatsApp mientras comparten tiempo con los chicos?

Lunes, 10 de julio de 2017

“Mis papás trabajan con el celular, a veces yo quiero jugar con ellos a la Escoba del 15 y no me dan bola porque tienen que responder mails o mensajes importantes”, cuenta resignado Valentín, de ocho años. Bienvenidos a la era de la paternidad distraída, en la que los grandes al igual que los chicos se sienten atraídos por el influjo de los inagotables estímulos online. Pero, si constantemente nos preguntamos por el impacto de la tecnología en los chicos: ¿qué podemos decir sobre cómo altera también la experiencia de la paternidad en la actualidad?

En términos técnicos algunos especialistas y entidades ya están empezando a alertar sobre la problemática de la atención en los adultos. La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda cuidar el tiempo de pantalla de los chicos, pero también habla de los peligros del distracted parenting.

“Al ser humano le cuesta permanecer aburrido; la inmediatez de la información anestesia esa incomodidad en la repetición constante de chequear notificaciones en el celular. Criar y jugar con los hijos implica dedicación. Las pantallas se convirtieron en la excusa perfecta para distraerse de la molestia que a veces ocasiona sentarse a hacerlo. Respecto de lo que sucede con los dispositivos móviles, el comediante Louis C.K. dijo: «Necesitás construir la habilidad de ser vos mismo y no estar haciendo algo. Eso es lo que nos están quitando, la posibilidad de estar sentados, eso es ser una persona, sin tener que chequear nada»”, reflexiona la psicóloga Teresa Crivaro.

Desde el punto de vista educativo, está comprobado que los chicos necesitan de atención, interacción, conversación, juego y role-playing, aspectos que se obtienen y desarrollan con el trato entre padres e hijos. Es por esto que cada vez más la mirada se dirige hacia el impacto de la conectividad, la disponibilidad que los adultos tienen para con los menores y el ejemplo que ellos mismos dan.

Pero el territorio es cambiante, y las normas sociales de ayer no son las mismas de hoy. Mientras tanto los padres tratan de hacer pie, tanteando los nuevos escenarios, sin mapa ni brújula.

Fuente: La Nación