Martes 26 de junio de 2018.
Un debate que suele darse asiduamente en distintas ciudades es el que tiene que ver con la realización de espectáculos culturales, sus costos y sus beneficios.
En este contexto, las cuestiones presupuestarias –que exceden al Estado e involucran también a las instituciones intermedias y ONGs- suelen convertirse en un factor determinante, o en su defecto en una excusa para “hacer” o “no hacer”; y en este marco, con el actual contexto económico, suele darse la segunda opción con la premisa de “no arriesgar”.
En contrapartida, surgen datos muy interesantes a partir de la difusión de lo que han arrojado como superávit los tradicionales Corsos de la ciudad de Lincoln, que si bien son fruto de un largo camino, seguramente también años atrás tuvieron un inicio complejo.
Según un informe que se dio a conocer en conferencia de prensa el pasado viernes, el Carnaval es la tercera fuente de ingresos del distrito, detrás de la agricultura y el comercio, ubicándose por delante de la ganadería, la industria y el sector de servicios.
El Intendente de Lincoln, Salvador Serenal, junto a integrantes de su gabinete, presentó el balance de la última edición del Carnaval, que generó casi 100 millones de pesos, de los cuales el 80 % se inyectan a la economía de ese distrito.
Según el informe, el Carnaval es la tercera fuente de ingresos del distrito, detrás de la agricultura y el comercio, ubicándose por delante de la ganadería, la industria y el sector de servicios.
Por su parte, el responsable de la Agencia de Carnaval, Dr. Mario Tarelli sostuvo que en la última edición, de manera directa e indirecta, se generó empleo temporario para unas 4.000 personas, se dio lugar a la participación de 35 instituciones del distrito que así pudieron recaudar ingresos extras para financiar sus actividades anuales y se brindó trabajo a cooperativas locales.
Sin dudas, un interesante y sorprendente dato económico.
