24 abril 2024

CLASES: UN PROMEDIO QUE ASUSTA

Los alumnos bonaerenses perdieron un día de clase cada 13 en los últimos 8 años.

 

 

Domingo 4 de marzo de 2018.

 

“Estoy de acuerdo con el reclamo de los maestros. Cobran mal. Pero no comparto que hagan paros porque perjudican a los chicos”.

Es la reflexión dominante entre los padres cada vez que hay huelgas docentes. Es decir, “dos por tres”. Ya cansa. Irrita. Urge una solución. Y esos mismos padres apuntan por igual al gobierno de turno y a los gremios. No ven “buenos y malos” en esta historia que ha alejado a miles de familias de la escuela pública.

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De los últimos 20 años, sólo tres tuvieron un inicio de clases normal. En tiempo y forma. Algunos dicen que fueron dos, otros cuatro. Da exactamente igual. Es una distorsión intolerable que no reconoce gobiernos, coyunturas económicas, partidos políticos ni conducciones gremiales.

La solución deberán buscarla los responsables. Unos y otros. En conjunto.

Por lo pronto, a las puertas de un nuevo “no inicio de clases” por otro desacuerdo entre autoridades y dirigentes sindicales respecto del aumento de sueldos, bien vale repasar la historia reciente de una lógica incomprensible que, por poner un par de ejemplos, en 2014 retrasó un mes el comienzo del ciclo lectivo y el año pasado superó la marca de los 20 días de paro.

CADA 13 DIAS Y MEDIO

Desde el 2010 hasta el 2017, los alumnos bonaerenses perdieron una jornada de clases cada 13,58 días. En ese periodo hubo 106 huelgas, es decir, 13,25 por año.

Aquí vale una aclaración. Si bien hay distritos o escuelas que perdieron menos días lectivos, muchas ciudades y establecimientos educativos perdieron muchos más. Y es que la adhesión a las medidas de fuerza nunca es uniforme.

Un ejemplo cercano: en Ensenada, donde el Suteba combativo tiene prácticamente el “monopolio” de la representación docente, en 2017 el número de paros superó con creces al registrado en La Plata y en Berisso.

Observando aquella línea de tiempo (ver gráfico), la Provincia tuvo récord de huelgas precisamente el año pasado. Con 15 medidas de acción directa convocadas por los gremios bonaerenses y 7 por los sindicatos nacionales, sumó 22 paros.

En un hecho inédito, la paritaria dio comienzo el 6 de febrero y el acuerdo recién se firmó el 5 de julio. El gobierno comenzó ofertando un 18% de aumento en cuatro cuotas ante un frente gremial que pedía, como mínimo, un 25%. Tras varias propuestas (nueve en total), se acordó una mejora del 24%. Y, por primera vez, se aplicó la cláusula gatillo, un mecanismo de actualización automática del sueldo según el índice de inflación del Indec, que este año el Ejecutivo provincial se niega a utilizar por considerarlo “inflacionario”.

Aunque en 2014 hubo dos días menos de paro, 20 en total, la protesta docente se sintió mucho más. Es que los gremios hicieron una huelga por tiempo indeterminado, por lo que las clases, cuyo inicio estaba pautado para el 5 de marzo, recién arrancaron el 31 de ese mes luego de 17 jornadas consecutivas de paro.

El acuerdo alcanzado fue el segundo más alto de -por lo menos- la última década: 38,5% de incremento para el salario inicial (maestra de grado sin antigüedad) y 33% promedio para toda la escala salarial docente. La primera oferta gubernamental fue del 25,5% y se hizo el 11 de febrero.

El mayor aumento se dio en 2015. Ese año el salario inicial creció un 46%. No obstante, la Feb y Udocba no lo aceptaron y arrancaron las clases con 72 horas de paro.

 

Fuente: Diario "El Día".