29 marzo 2024

CASARENSES INDIGNADOS

Jueves 1° de junio de 2017.

Un grupo de enfermos renales de Carlos Casares sigue esperando que se abra un centro de diálisis en dicha localidad, pese a las sentencias firmes logradas en la justicia.

Se trata de un reclamo de larga data surgido a raíz de una acción de amparo colectiva, presentada por el abogado Sergio Raúl Andreoli, hijo de una paciente en diálisis que debió abandonar la ciudad entre 2003 y 2009 hasta lograr un trasplante renal.
Con fecha 10 de agosto de 2015, se condenó al Municipio de Carlos Casares y a la provincia de Buenos Aires a instalar el Centro de Diálisis en un plazo de 90 días corridos. En consonancia, directivas impuestas por la Suprema Corte de Justicia; la Cámara de Apelaciones de San Martín, y el juez Alejandro Gutiérrez, de Trenque Lauquen, entendieron que con la ausencia de este centro “se encuentra en juego el derecho a la salud, a la vida y a una calidad de vida digna de los pacientes”.

Tras oposiciones y apelaciones infructuosas por parte del gobierno municipal y bonaerense, en 2017 la causa judicial recayó en Guillermo H. Puebla, titular del Juzgado de Ejecución Penal de Trenque Lauquen, quien ahora debe entender en el asunto, según informaron al diario local La Opinión desde el grupo de casarenses.

En este marco, los pacientes renales demandantes piden al magistrado que exhorte a las autoridades municipales de Carlos Casares al rápido avance de la obra del centro de diálisis y convoque convocar a los profesionales de Junín, Martín Andrés Raño y Magdalena Forti, quienes suscribieron un contrato en agosto de 2014 con el entonces intendente Walter Torchio para prestar el servicio.

“Se sacaron fotos con el intendente y el director del Hospital, y dieron notas en los periódicos locales, pero nunca concurrieron a Carlos Casares”, dicen en un duro comunicado replicado por el matutino, y a la par informan que el futuro centro aún no cuenta con máquinas de diálisis, sillones, mobiliario e instalaciones necesarias. Su puesta en funcionamiento estaba prometido para 2015.
Los vecinos recuerdan que la ciudad es la única en la zona que no cuenta con nefrología y diálisis; por lo cual 18 enfermos renales crónicos deben viajar tres veces por semana a Pehuajó, 9 de Julio o Junín para realizar el tratamiento en sesiones que duran 4 horas.

El nefrólogo Gustavo Laham, coordinador del Hospital CEMIC, explicó las dificultades que atrae esto a los pacientes. “Una sola vez que falten puede ser fatal”, dijo el médica, quien además declaró que “si el paciente dializa lejos, está siete u ocho horas fuera de su casa, baja su calidad de vida y eso se asocia con un alto riesgo de muerte”.

Fuente: Infogei